Una búsqueda rápida en Google u otros buscadores y pronto te das cuenta de que falta algo. No es casual ni anecdótico, es una faceta más del apartheid israelí impuesto a la población palestina. Comúnmente se refiere al sistema y poder judicial israelí como secular, heterogéneo, justo e independiente[1]. En definitiva, características de un estado de derecho. Pero entre el 21 de mayo y el 2 de junio, hay una fina línea que separa la teoría de la praxis.
ACTUALIZACIÓN: El 12 de febrero de 2015 la familia Corrie fue informada por sus abogados que la Corte Suprema de Israel había rechazado su recurso. Lee el comunicado de la familia aquí.
21 de mayo: Audiencia en la Corte Suprema de Israel – El caso de Rachel Corrie
Rachel Corrie entró en la Franja de Gaza en el año 2003 junto a otros activistas internacionales de ISM (International Solidarity Movement) para resistir de forma no-violenta la demolición de casas en Rafah, al sur de Gaza. En una de las acciones en marzo de 2003, Rachel fue letalmente aplastada por un bulldozer maniobrado por personal del ejército israelí. Desde entonces, comenzó la batalla legal de la familia no solo en búsqueda de justicia, sino evitar un peligroso precedente legal y para aclarar lo sucedido.
En agosto del 2012, el juez Oded Gershon de la Corte del Distrito de Haifa sentenció que la muerte de Rachel Corrie fue causa de un acto de guerra y que por tanto, el ejército israelí está exento de responsabilidad. Tan solo Rachel era responsable. El ex presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter, comentó que la sentencia confirmaba “un clima de impunidad, que facilita la violación de derechos humanos por parte israelí contra los civiles palestinos en los Territorios Ocupados”. La familia apeló la sentencia y consiguió una audiencia en la Corte Suprema de Israel (situada en Jerusalén), que tuvo lugar el 21 de mayo. Tuve el dudoso honor de cubrir esa audiencia, junto a un compañero, para facilitar el trabajo de comunicación de la Fundación Rachel Corrie y ISM.
La entrada a la Corte Suprema fue fácil y bastante rápida, que tampoco requiere de un registro previo. En los primeros minutos de espera reconocimos rápidamente a la familia y nos introducimos, puesto que habíamos estado en contacto y la Fundación necesitaba a alguien para facilitarles información en directo. Fueron muy amables con nosotros a pesar de lo sombrío de la ocasión.
Pasado el control de seguridad, en el que me preguntaron si “apoyaba a la familia Corrie” y haber echado un vistazo a mis cigarrillos de marca palestina, pusimos rumbo a la sala donde tendría lugar la audiencia. Todas mis pertenencias, incluido el pasaporte y dispositivos electrónicos, estaban conmigo; aunque cedí mi pasaporte junto con mi visado para obtener un dispositivo auricular para la traducción. La audiencia comenzó de forma caótica, haciéndonos salir a los asistentes al poco tiempo de haber tomado nuestros asientos, puesto que no había terminado la audiencia previa. Finalmente conseguimos entrar y a pesar de una traducción simultánea de dudosa calidad, comenzamos a darnos cuenta de cómo se estaba desarrollando la audiencia.
La familia Corrie no presenta el caso como uno de asesinato, sino como uno de negligencia puesto que las fuerzas armadas israelíes fueron incapaces de proteger a civiles, violando así la obligación de distinguir entre población civil y combatiente en tiempos de conflicto[2]. Esta es una de las varias incongruencias que el abogado de la familia, Hussein Abu Hussein, destaca sobre el caso de Rachel Corrie. Sin embargo, los tres magistrados de la Corte Suprema interrumpieron en varias ocasiones al letrado alegando que se desviaba del caso o se estaba centrando en aspectos procesales no relevantes. Cabe mencionar que el letrado tuvo que hacer referencia explícita a varios anexos de evidencia presentada por la acusación, como si los magistrados no se hubiesen tomado la molestia de leer o visualizar los documentos.
Por su parte, la defensa del estado volvió a recurrir a previas sentencias y testimonios de los soldados que tomaron parte en la operación del fatídico 16 de marzo de 2003. En la sentencia dictada por la Corte de Haifa, se dio por válido el argumento de que la zona de Rafah en Gaza era una “zona militar cerrada” aunque Hussein mantiene que esa orden nunca se presentó y ni siquiera el comandante del dispositivo en la zona no estaba al corriente. Otras valoraciones de la letrada de la defensa incluían que “Israel no puede parar sus operaciones militares por la presencia internacional” y retomó los dudosos argumentos de que el soldado al mando del bulldozer no pudo ver a Rachel Corrie. Estas valoraciones ponen en grave peligro a activistas palestinos o internacionales como ya denunció ISM al conocer la sentencia de la Corte de Haifa en el 2012.
Valoraciones tras la Audiencia
La audiencia duró poco menos de dos horas, y se levantó la sesión sin aportar detalles sobre el proceso. Es decir, habrá que esperar un tiempo indeterminado para conocer la sentencia de la Corte Suprema (la Fundación Rachel Corrie facilitará la decisión de la Corte Suprema en sus redes sociales). Salimos de la sala y recuperamos nuestros pasaportes y visados sin problemas al entregar los dispositivos auriculares. Los padres de Rachel y su hermana atendían con naturalidad a la prensa.
Las valoraciones iniciales fueron de un ligero optimismo, ya que se formularon preguntas pertinentes y se diseminó mucha información relevante. Pero al mismo tiempo, Cindy Corrie quiso recalcar que el contexto en el cual tuvo lugar la muerte de Rachel Corrie nunca debe olvidarse: la destrucción sistemática de casas en la Franja de Gaza. Una práctica que sigue teniendo lugar a día de hoy, también en el Valle del Jordán. Por su parte, el letrado de la familia Hussein Abu Hussein declaró de nuevo ante la prensa israelí que en caso de que la Corte Suprema valide la sentencia de la Corte del Distrito de Haifa será un “mal día para los derechos humanos y tendrá un efecto cascada sobre el estado y actividades de este tipo”.
Al mismo tiempo, tuvimos la ocasión de conversar con un activista israelí que también acompañaba a la familia Corrie. Él entendió que las interrupciones de los magistrados al letrado de la familia eran una buena señal, pues demuestran que el caso tiene grandes fallos procesales que el letrado Hussein ya denunció en varias ocasiones. No obstante, éramos conscientes de que ésta era la única audiencia y es improbable que el caso en su conjunto sea revisado. El embajador estadounidense Dan Shapiro, le comentó a la familia Corrie durante la celebración del juicio en Haifa que no consideraba la investigación “exhaustiva, creíble y transparente”. Se trataba de una declaración personal pues el Departamento de Estado, a través de su entonces portavoz Victoria Nuland, no ofreció más detalles al respecto cuando se le preguntó días después.
Mi compañero y yo nos retiramos al rato de haber finalizado la sesión, tras despedirnos de la familia, con más preguntas que respuestas. Pero seguíamos teniendo algo claro, la impunidad y los abusos contra la población palestina seguirán ocurriendo independientemente del veredicto de la Corte Suprema. Semanas más tarde me encontraría en una corte militar juzgando a un menor de edad. Era la última prueba que necesitaba para confirmar mis temores. El mismo sistema que te margina e intenta destruir a todos los niveles no puede impartir justicia.
We are all born and someday we’ll all die. Most likely to some degree alone.What if our aloneness isn’t a tragedy? What if our aloneness is what allows us to speak the truth without being afraid? What if our aloneness is what allows us to adventure – to experience the world as a dynamic presence – as a changeable, interactive thing?
Rachel Corrie. Leaving Olympia, enero 2003
Notas
- Helen Chapin Metz, ed. Israel: A Country Study. Washington: GPO for the Library of Congress, 1988. Disponible en: http://countrystudies.us/israel/. Véase también: A. Barak. Some Reflections on the Israeli Legal System and Its Judiciary, vol 6.1 ELECTRONIC JOURNAL OF COMPARATIVE LAW, Abril 2002. Disponible en: http://www.ejcl.org/61/art61- 1.html
- Jean-Marie Henckaerts y Louise Doswald-Beck. El Derecho Internacional Humanitario Consuetudinario. CICR. Parte, I; Capítulo 1. Ed. Octubre de 2007. Disponible en: http://www.icrc.org/spa/assets/files/other/icrc_003_pcustom.pdf
Autor: @Jergerox, Territorios Ocupados Palestinos, 6 de junio de 2014. Publicado originalmente en Palestina Libre con Licencia Attribution-NoDerivatives 4.0 International.
Ver también: El sistema judicial israelí: de pseudo-democracia a proto-fascismo (Los Chicos de Hares)
Las opiniones aquí expresadas son únicamente las del autor y no vinculan de ningún modo a las personas u organizaciones mencionados, incluidos (pero no de forma exhaustiva): la familia de Rachel Corrie, la Fundación Rachel Corrie o International Solidarity Movement.